Cómo Afecta la Crisis Sanitaria a la Arquitectura Residencial
La arquitectura residencial siempre ha sido, en cierto modo, un reflejo más o menos fiel, como no podía ser de otra forma, de las tendencias imperantes en la sociedad.
Estas se plasman en las líneas arquitectónicas, que se adaptan a las necesidades sociales de cada momento. Por ejemplo, más colectivistas o individualistas, lujosas o frugales, etc.
A continuación, te contamos cómo ha influido el contexto de la crisis sanitaria por el coronavirus en la arquitectura de las fincas y viviendas particulares. Presta atención.
La COVID-19 afecta al diseño de las casas
En primer lugar, hemos de señalar que la pandemia del coronavirus, de incidencia imprevisible, ha supuesto cambios sociales de primer orden. Unos cambios a los que la arquitectura debe intentar amoldarse a buen ritmo.
La consecuencia más relevante de esta pandemia para los espacios arquitectónicos tiene que ver con las medidas de confinamiento obligatorias y voluntarias que se han aplicado para evitar el colapso del sistema sanitario.
Las restricciones a la movilidad han derivado en encierros en las viviendas de una duración que nunca antes se había dado en tan amplios sectores de población. Por consiguiente, esta variación de las condiciones de uso de una vivienda va a requerir que sus diseños se adapten a sus circunstancias.
Ten en cuenta que los rigores del confinamiento han revelado que numerosas viviendas no cumplían los mínimos de habitabilidad para tantos días de encierro.
Algunas claves de las viviendas postpandemia
Los arquitectos se han fijado en los problemas surgidos durante la crisis sanitaria para plantearse cómo pueden resolverlos en los planos de las de nueva construcción o las rehabilitaciones de las de obra antigua.
Lo primero que se ha valorado es que determinados espacios son demasiado pequeños para albergar la vida doméstica durante tantos días seguidos sin salir de ellos. Pero no solo importan las dimensiones reducidas, sino que también se deben tener en cuenta las comodidades.
En este sentido, las actuales viviendas requieren una mayor entrada de luz natural. Por otro lado, esta mayor importancia de la iluminación natural debe combinarse con un escrupuloso respeto de la intimidad.
Los espacios han de quedar bien delimitados mediante dispositivos de apertura y cierre que posibiliten conciliar la necesaria privacidad con las miradas hacia el exterior que tanto se agradecen durante las largas jornadas del confinamiento.
En este aspecto, los controles remotos para accionar puertas y ventanas contribuyen, además de con comodidad, a la higiene relativa a no tener que tocarlas, lo que disminuye las probabilidades de contagio.
Los balcones, por su parte, se han revalorizado durante esta crisis. Por lo tanto, van a ser muy apreciadas sus dimensiones y orientaciones.
En cuanto a las zonas comunes de las fincas, se va a apostar por espacios diáfanos y que permitan mantener con facilidad la distancia social.
Por último, vale la pena cuidar la eficiencia energética, muy relacionada con los aislamientos térmicos. Cuanto más permanezcas en casa, más gasto de calefacción y luz harás. La calidad del aire también debe ser optimizada.
En definitiva, la arquitectura residencial ya está cambiando para minimizar los daños del coronavirus y para que puedas disfrutar de un hogar seguro y confortable.