La Elegancia del Minimalismo: Menos es Más

La arquitectura minimalista es una firme apuesta por la elegancia. Al buscar la sencillez y reducir al mínimo los elementos superfluos, este estilo consigue unos resultados sorprendentes. Además, esta corriente se manifiesta con mayor éxito en el interiorismo, donde logra aprovechar al máximo cualquier espacio. Pero ¿sobre qué cimienta el minimalismo su elegancia?

minimalismo

Elegancia en el interiorismo a través de la sencillez

El minimalismo está sustentado por una serie de pilares, los cuales le otorgan una base teórica que puedes ver en cada diseño creado a partir de ellas. Así, la sobriedad, la funcionalidad y la luminosidad son los cimientos de este estilo, que consigue unos resultados impresionantes. Una habitación pequeña aprovechada mediante el minimalismo te parecerá mucho más amplia.

La sobriedad es la búsqueda de la sencillez, de la moderación y la discreción. No verás ninguna nota disonante, ningún elemento que desentone en un diseño minimalista. Los espacios se despojan de toda decoración que no aporte nada. Olvídate de lugares recargados en los que los elementos que lo componen casi te asfixian por su presencia y parecen luchar entre sí por captar tu atención.

Parte de esta sobriedad se consigue utilizando los elementos arquitectónicos como decoración, lo cual les otorga una dimensión mayor que la mera funcionalidad que deben poseer. De hecho, es frecuente que se conviertan en protagonistas, como es el caso de las paredes en las que el hormigón se deja al descubierto.

Así, la funcionalidad aparece como otro pilar del minimalismo. El menos es más se manifiesta en todo su esplendor al eliminar cualquier mueble superfluo que no aporta nada, los elementos arquitectónicos accesorios desaparecen y solo permanece aquello que aporta un verdadero sentido al espacio que se busca crear. En una cocina, por ejemplo, tendrás una disposición enfocada a que la uses y que te resulte cómoda en el día a día. No habrá un mueble que te estorbe en un lugar insospechado.

Por último, la luminosidad logra que los espacios se agranden, aunque solo sea visualmente, y que ganen en habitabilidad. Esto hace que los grandes ventanales sean comunes en el minimalismo, al igual que ocurre con la eliminación de paredes que no sean esenciales. Además, el uso del blanco y otros colores que realzan la luz contribuye a apuntar la luminosidad, algo que encaja sin problemas con las líneas rectas y limpias que tanto abundan dentro de este estilo decorativo y arquitectónico.

En definitiva, la arquitectura minimalista es aquella en la que se busca alcanzar la elegancia desde la sencillez. No habrá ningún elemento que sobre, sea un mueble o una pequeña planta decorativa. Si apuestas por el minimalismo lograrás espacios armónicos, limpios y cómodos en los que poder desarrollar tu día a día.

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